Crescencio Marino Rivero, el exoficial cubano de prisiones que huyó de Miami después que fuera acusado de abusar de los reclusos, parece haber abandonado su nueva residencia en EEUU, informa El Nuevo Herald.
Rivero, de 71 años, y su esposa Juana Ferrer vivieron en Miami hasta octubre, cuando varios disidentes lo acusaron de cometer abusos en la época en que era un alto oficial de prisiones en la provincia de Villa Clara.