Disidentes resaltan que la ley sigue siendo 'esencialmente discriminatoria y viola la Declaración Universal de los Derechos Humanos'.
La reforma migratoria que el lunes entra en vigor en Cuba no se traducirá en una migración masiva de cubanos a Miami, aunque sí supondrá un claro traslado de la presión hacia Estados Unidos, consideraron analistas y exiliados, reportó EFE.
"En Miami desde luego poco se va a notar. De eso podemos estar seguros", dijo a EFE Jaime Suchlicki, responsable del Proyecto sobre la Transición en Cuba del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami.
La reforma migratoria cubana elimina el restrictivo permiso de salida que estuvo vigente durante décadas. No obstante, mantiene limitaciones para aquellos profesionales que el régimen considere "vitales" y para otros ciudadanos por "razones de interés público", lo que afectaría a los opositores.
De acuerdo a la nueva norma, solo se exigirá la presentación del pasaporte corriente actualizado —que el Gobierno podrá denegar— y la visa del país de destino para salir de Cuba.
En opinión de Suchlicki, "está claro que los cubanos van a ir a hacer colas a las diferentes embajadas del país y allí van a ver que no se les van a dar muchas visas (…) sino muy pocas", porque "nadie quiere grandes cantidades de cubanos".
"España les dará cien o doscientas visas al año, México cincuenta… cantidades todas muy pequeñas, así que la posibilidad de que veamos a grandes cantidades de cubanos saliendo del país no es realista", defendió el experto.
Estados Unidos tiene un acuerdo con el Gobierno de Cuba para conceder 20.000 visados permanentes al año, pero "da muy pocas visas de turista, y de buenas a primeras no va a empezar a hacerlo para que vengan todos a Miami", dijo Suchlicki.
El analista teme que los cubanos se vayan a llevar "una gran desilusión", ya que podrán salir quienes "tengan familia en Miami que le pueda mandar los dólares para comprar un pasaporte y un pasaje".
Instrumento de "presión"
Suchlicki, como otros expertos consultados por EFE, considera que el efecto más claro fuera de Cuba de esta medida va a ser "la presión en las embajadas de gente pidiendo visados".
Incluso, consideró que éste podría ser el primer paso para que Estados Unidos aplique cambios en su política migratoria con respecto a Cuba e incluso llegue a eliminar la ley que ahora permite quedarse legalmente a todo cubano que toque suelo estadounidense.
"Creo que básicamente no va a pasar nada extraordinario", apuntó en ese sentido Eugenio Yáñez, analista y editor de Cubanalisis.com.
"El problema ya no va a ser salir, sino entrar", porque quedan "muy pocos países que los vayan a recibir y muchos no disponen de dinero", afirmó.
"Con un pasaporte norteamericano puedo ir casi a cualquier lugar, pero con uno cubano no; ni a Estados Unidos, ni a la Unión Europea ni a muchos países de Latinoamérica, a excepción de Ecuador o Venezuela", razonó.
Sin embargo, Yañez dijo que no cree que los cubanos quieran salir de la Isla "para ir a Venezuela con la situación que hay", al tiempo que "Ecuador en cualquier momento va a modificar su norma porque ya tiene a más de cien mil cubanos a los que se les ha vencido la visa y están allí de ilegales".
A todo ello se suma que el Gobierno se reserva la posibilidad de negar la salida de la Isla a "los deportistas y ciertos artistas" y "a quienes puedan resultar incómodos, como disidentes (…) aunque tengan 17 visas", agregó.
De la misma opinión es Janisset Rivero, del Directorio Democrático Cubano, quien indicó que, aunque desaparece la llamada "tarjeta blanca", se requiere en el pasaporte un sello de aprobación por el Ministerio del Interior, lo que "permitirá al régimen impedir la salida de los opositores".
Por su parte, Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, ve en este proceso un intento de "poner presión al Gobierno de Estados Unidos para convertirlo en un factor de negociación y lograr alguna concesión en una coyuntura económica muy desfavorable para Cuba".
En su opinión, esta medida tampoco va a terminar con los balseros. "Lo único que acabaría con eso sería que Estados Unidos diera visas a todo el mundo, pero eso no va a suceder y menos en momentos en que el debate migratorio es tan fuerte en este país", argumentó.
Disidentes: "La nueva ley sigue siendo esencialmente discriminatoria"
En la Isla, miembros de la disidencia interna coincidieron en que el Gobierno continuará negándoles la posibilidad de viajar al exterior, reporta la AFP.
"Me han negado el permiso diciéndome abiertamente que no puedo viajar (...) y en otros casos lo que hacen es darme la callada por respuesta", dijo el veterano opositor Elizardo Sánchez.
La solicitud para obtener pasaporte puede ser rechazada "cuando por otras razones de interés público lo determinen las autoridades facultadas", según la nueva ley migratoria.
"Son razones que tiene el Estado, razones de la mayoría, las regulaciones que se tomen en beneficio de la mayoría, aunque algunas personas puedan sentirse limitadas en sus derechos", dijo a la televisión estatal el segundo de Inmigración y Extranjería, coronel Lamberto Fraga.
"Desde el punto de vista del Derecho Administrativo y desde el punto de vista de la doctrina jurídica, son disposiciones abarcadoras de los intereses fundamentales de los intereses mayores del Estado y de los intereses de la población", añadió.
Elizardo Sánchez, quien encabeza la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, considera que "la nueva ley migratoria sigue siendo esencialmente discriminatoria y persiste la violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos" sobre el libre movimiento de las personas.
"A todas luces el Gobierno va a mantener una política discriminatoria con aquellas personas que no son partidarias del Gobierno o que no aplauden sus políticas", añadió el activista.
En contadas ocasiones, Sánchez y otros disidentes, como el fallecido Oswaldo Payá, Elsa Morejón (esposa del ex preso político Oscar Elías Biscet), Héctor Palacios y su esposa Gisela Delgado, han viajado con autorización y regresado a Cuba, pero en la mayoría de los casos las autoridades les deniegan el permiso de viaje o lo condicionan a una partida definitiva.
El economista Oscar Espinosa Chepe, uno de los 75 disidentes condenados a duras penas de cárcel en 2003 y excarcelado con licencia extrapenal por motivos de salud, dijo que la última vez que solicitó autorización para viajar al exterior fue en octubre de 2010.
"Ellos me dijeron que sí podía viajar, pero la condición era no regreso a Cuba y eso fue lo que no acepté", relató Espinosa Chepe a la AFP.
El economista indicó que a veces la táctica de las autoridades es dilatar la respuesta a los opositores que han pedido permiso para viajar. "Que yo sepa, a nadie le dicen que no, pero lo mandan a volver una y otra vez", dijo.
Sin embargo, Rosa María Payá, hija de Oswaldo Payá, aseguró en diciembre pasado que las autoridades le negaron expresamente el permiso para asistir en Chile a un diplomado de la Universidad Miguel de Cervantes.
"No puedes viajar por el momento, cuando puedas nosotros te lo diremos", fue la respuesta de una funcionaria de Inmigración, aseguró la joven.
La bloguera opositora Yoani Sánchez, cuyas tentativas de viaje han sido rechazadas por las autoridades una veintena de veces, publicó esta semana varios mensajes expresando su incertidumbre en la red social Twitter.
"Oscilo entre la esperanza y el escepticismo, como tantos otros cubanos"; "mi maleta sigue lista para un viaje CON RETORNO! Podré ir?", "estaré en la lista de los que no pueden viajar? Cuántos otros también?", dijo la bloguera.